Lo que podemos observar es que reducir el mínimo de escaños por provincia, contrariamente a lo que se suele decir, apenas mejora la situación, por lo que no es un parámetro significativo a la hora de mejorar la proporcionalidad. Ampliar el número de escaños a 400 (el máximo que nos deja la constitución española) sí reporta una cierta mejora, pero sigue siendo bastante insuficiente. Por último, abordamos la regla de reparto, substituyendo la regla D’Hondt por la de Sainte-Laguë; y aquí la mejora sí es sustancial.
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