La mente humana no está preparada para la inestabilidad continua; busca mecanismos, ciertos o inventados, para explicar lo que pasa y prever el futuro. Nos es más familiar vivir con falsas certezas que en un estado constante de duda razonable. Y nos hemos acostumbrado a una cierta estabilidad económica, con la posibilidad de acceder a empleos estables que, a cambio de nuestra fidelidad, nos garantizasen un sueldo hasta nuestra jubilación. Los ejemplos más claros de ello era el empleo de funcionario y el de banca.
|
etiquetas: economía