Pavel Tarasov realizó un curioso experimento, se paseó durante horas por Moscu portando una réplica del fusil AK-74 , una replica tan precisa que no puede distinguirse de uno real ya que se fabrica en la misma fábrica. Aunque se movió por las calles e incluso cogió el metro ni un solo policía lo paro o le preguntó en ningún momento, incluso cuando pasaba a lado como demuestran las múltiples fotografías que tomó.
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