En un país normal, es decir, sin una derecha inmoral engendrada por una dictadura y sin su somatén mediático cebado con recursos públicos para amplificar relatos retorcidos, Carlos Mazón estaría políticamente muerto. Habría fallecido el 29 de octubre de 2024, en esas fatídicas cinco horas que requerirían el talento de Miguel Delibes para exprimir, con todo su néctar psicológico, su ausencia en las responsabilidades de presidente de la Generalitat en el momento más crítico de la peor catástrofe natural sufrida por los valencianos
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etiquetas: mazón , dana , responsabilidades , 29 de octubre
No es el caso de este artículo de opinión en el que abunda en lo que ya es de sobra conocido y no trae ninguna noticia de última hora y constituye una excepción a la cantidad de noticias que proliferan por declaraciones desafortunadas, descubrimiento de nuevos chanchullos o por exceso de desfachatez de los que habéis enumerado.
Seguramente en algunas horas saldrá a la luz algún despropósito cometido por ellos. Una opción sería cerrar los ojos y hacer como que no pasa nada, algo en lo que muchos parecen tener demasiada práctica.
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¿Algo más?
que manía con poner frases grandilocuentes