¿Puede una teoría física imponerse por su elegancia y belleza sin que existan predicciones constatables acerca del comportamiento de la realidad? ¿No corre el riesgo una teoría así de convertirse en ideología; con adeptos que crean en ella y detractores que no la acepten? ¿Puede la física ser una cuestión de fe? Desde hace unas décadas una parte de la física ha entrado en crisis, porque muchos teóricos pretenden sustituir la guía experimental por vagos criterios estéticos.
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