El 4 de noviembre de 2005, Francisco Fernández Liñares, en su calidad de concejal de economía, informaba de que la mesa de contratación del Concello había elegido a Cechalva para que se hiciera cargo del servicio de grúa durante los siguientes diez años, con un canon anual de 484.000 euros. De lo que no informó fue de que una cláusula incluida en el pliego de condiciones hacía prácticamente inviable la rescisión del contrato, ya que resultaba más caro anularlo e indemnizar a la empresa que mantenerlo.
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