El líder del PP sucumbe por enésima vez al discurso de Abascal. Vox propone y él se arrastra y claudica. Primero fue la inmigración, después la violencia machista, el feminismo, la ilegalización de los partidos independentistas... Y ahora el veto parental.Vox ha vuelto a ganar. No solo marca otra vez la agenda, sino que se anota un tanto frente a su socio de bloque con una guerra ideológica que está a punto de hacer estallar las costuras de un PP en cuyas siglas ya no es solo Borja Sémper quien no se reconoce.
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