"Que la cultura no sea el juguete que adorna nada, sino que actúe como el corazón de todo». Con estas palabras saludó la ministra de Cultura, Carmen Calvo, la actividad que ya ayer empezaba a bullir en el Laboral Centro de Arte y Creación Industrial de Asturias. La ministra no pudo evitar instrumentalizar ese "juguete", recordándonos a todos como la dictadura fue lo más opuesto a la cultura. Ante el republicanismo que quemó el patrimonio cultural y artístico de muchas iglesias y conventos antes de la guerra, prefirió no hacer declaraciones.
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