Germán (nombre ficticio) había perdido su pierna izquierda en un accidente de tráfico. Llevaba una sola muleta y la pernera fantasma del pantalón recortada y plegada a la altura de la rodilla. En apariencia, no padecía mayor trauma que el de su torpe movilidad. Consiguió incluso sacarle provecho al asunto. Un provecho que alcanzó lo sentimental. Una historia de amor asombrosa.
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