En lo más alto de su poder, el 10 de julio de 1099, cinco días antes de la toma de Jerusalén por los cruzados, falleció Rodrigo Díaz de Vivar , El Cid, a causa de muerte natural. Cuando dos años después los almorávides conquistaron Valencia, Doña Jimena se llevó consigo los restos mortales de su marido, que fueron depositados en en el atrio del Monasterio de San Pedro de Cardeña, un templo levantado en el siglo IX, a diez kilómetros de Burgos.
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