El 8 de enero de 2020 los padres y amigos de Diego Bello recibieron en la demoledora noticia de su muerte en Filipinas como si oyeran hablar de un extraño. Les comunicaron que Bello había sido abatido en un tiroteo con la policía. Les aseguraron que era un capo de la droga en la isla de Siargao. Las conclusiones de una nueva investigación, forzada por la movilización de la familia y las presiones diplomáticas, les dan de momento la razón. Los tres agentes que le dispararon han sido imputados por asesinato, perjurio y falsificación de pruebas.
|
etiquetas: asesinato , diego bello , filipinas , montaje policial , duterte