La policía arrestó a una mujer por haberse encarado al presidente de la compañía de McDonalds, empresa en la que trabaja desde hace diez años, para decirle que no puede permitirse pagarle unos zapatos a sus hijos. «Él tiene que saber lo que sus empleados están pasando para proporcionar recursos a su hogar, a sus hijos, con los sueldos de miseria que nos pagan.» En su caso, ella cobra 8,25 dólares por hora con su antigüedad.
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