Cuando no obtenemos los resultados deseados en misiones militares, no culpamos a los soldados. No decimos "Son estos soldados vagos y sus hinchados planes de beneficios, por eso no lo hemos hecho mejor en Afghanistan" No, si no hay resultados, culpamos a los generales, al secretario de defensa y a los jefes de personal. Nadie contempla culpar a los hombres y mujeres luchando cada día en las trincheras por un pequeño salario y apenas algo de reconocimiento. Pero precisamente eso es lo que hacemos con los profesores.
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