Ojalá esta historia terrible de Amy Martin terminase, pero no lo hará y me siento obligada seguirla. Después de salir en todos los medios por escribir artículos bajo un pseudónimo y cobrar decenas de miles de euros de la Fundación IDEAS, Carlos Mulas-Granados e Irene Zoe Alameda, en vez de tener que esconderse en su casa, están viviendo bien en mi país, en EEUU. He estado indignada como exempleada de la Fundación IDEAS y como residente de España, pero ahora estoy indignada como estadounidense. No están divorciados (...)
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