Cientos de miles de estudiantes de Formación Profesional (FP) tienen sus convenios de prácticas de trabajo en el aire. A partir del 1 de enero, cualquier estudiante en prácticas debe estar dado de alta a la Seguridad Social para empezar a cotizar, según la nueva normativa. Son considerados profesionales y los días cotizados durante el trabajo se incorporan a la vida laboral del alumno con efectos de su jubilación. La cuestión es quién hace la gestión.
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