Embotellamientos, atascos, congestión, retenciones... nadie puede ser tan estúpido de no darse cuenta que esto no es más que un juego. Perverso, pero juego. Hemos jugado con la expansión urbanística, hemos jugado con las autopistas urbanas e interurbanas, hemos jugado con la cesión del suelo y del subsuelo para el aparcamiento y ¿qué hemos conseguido? Atraer a más gente a jugar al juego del tráfico, al juego de la movilidad...