Según cuenta el Antiguo Testamento, en el siglo X a. C. las naves de Salomón, el rey de Israel, volvían cada tres años cargadas de oro de un lejano y misterioso lugar llamado Tarsis: «El rey Salomón tenía en el mar naves de Tarsis con las de Hiram [rey de Tiro], y cada tres años llegaban las naves de Tarsis, trayendo oro, plata, marfil, monos y pavones».
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Literalmente es una fábula moralizante sobre la virtud, que por supuesto ensalza la virtud de los atenienses. Como buena fábula que es, se sitúa en un reino muy muy lejano.
#3 Lo peor del relato de Platón es que da unas medidas tan exageradas que esa isla sería casi tan grande como el continente europeo.
No es que cueste identificar si se refiere a tal o cual territorio al que ha exagerado su prestigio, es que no existe ninguna isla de semejante tamaño en ningún sitio.
Como todos los super alimentos, así te pueden cobrar a precio de oro productos muy baratos en su origen.
Están desenterrando hallazgos tremendos, incluida una espectacular hecatombe.
¿O igual los visitantes se lo encuentran cerrado desde hace años y lo que queda?
Por supuesto que la Biblia no es una fuente histórica, incluso hay dudas serías de que la mitad de los personajes realmente existieron, como no existió Macondo o Dulcinea del Toboso, pero al menos aquí sí se puede comprobar muchas cosas que con la Biblia no puede hacerse.
El Quijote y Macondo tiene más fondo histórico que la biblia.