Llegaron completamente borrachos a la salida y la única recuperación que se pudo proponerle a los pilotos fue que bebieran café por litros. Y salió mal. Según contó Hamilton, el exceso de cafeína hizo que se le contrajeran los brazos y le dieran espasmos, por lo que no le quedó más remedio que perseverar. Es decir: más brandy. Es decir, para evitar las consecuencias de la resaca y de la cafeína, lo mejor en ese momento era más alcohol. Lo gracioso es que ganaron la carrera y batiendo récord de velocidad.
|
etiquetas: le mans , borrachos
Este diálogo, que quiero creer que ciertamente ocurrió, es glorioso.
-¿Por qué está tan oscuro aquí? -preguntó Hamilton.
– Porque la torre de alta tensión contra la que te has estrellado suministraba la electricidad de este hospital -respondió el cirujano-.
-¿Por qué no estoy anestesiado?
-Porque el anestesista fue a ver la carrera de coches en la que participabas.
-¿Y qué hacen aquí estas monjas?
-Tienen que administrarte todo lo que haga falta para que no sientas dolor. O los últimos sacramentos. Lo que ocurra primero.
Al final tenía razón Aznar
No deja claro si su padre le inculcó que para ser perfecto y controlar, lo mejor era beber a todas horas.