La censura franquista controló durante décadas la literatura infantil en España, alterando obras como "Pinocho", "David Copperfield", de Charles Dickens, "Corazón", de Edmundo de Amicis, "La cabaña del Tío Tom" o Pipi Cazaslargas, para ajustarlas a estrictos criterios religiosos y patrióticos. Mientras tanto, en colegios y seminarios, salían a la luz abusos sexuales sistemáticamente encubiertos por la Iglesia. Este artículo explora la hipocresía de un sistema que moldeó generaciones bajo el control ideológico y moral del régimen.
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¡Maldita censura woke! Antes sí que se podía publicar cualquier cosa, no como ahora