Cultura y divulgación
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Dan Mitrione, un maestro de la tortura

"El dolor preciso, en el momento preciso, en la cantidad precisa, para el efecto deseado". La frase pertenece a Dan Mitrione, y sintetiza quién era y a qué se dedicaba este maestro de la tortura de la CIA, a fines de los 60 y principios de los 70 en América latina.

| etiquetas: tortura , mitrione , cóndor , eeuu , américa , uruguay , brasil
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Oye, pero no te metas con EEUU, que esto fueron casos aislados. Luego hay quien llama terroristas a gente como Pepe Mujica por pertenecer a los Tupamaros, que fueron los que se cargaron a este saco de mierda.
#4 Grandes los tupamaros por cargarse a ese saco de mierda, espero que probara un buen rato su propia medicina.
#1 Interesante.
#1 Gracias!!!!
#1 muchas gracias. Que este tipo de cosas no quede en el olvido
Ya se sabía por aquel entonces que la tortura no era útil para su principal cometido (obtener información fiable), porque en última instancia un torturado acabará confesando lo que cree que el torturador quiere oir, lo cual no ha de coincidir necesariamente con la realidad.
Y aún así seguían practicando torturas. Puro sadismo.
Un sadico sin escrúpulos que hizo de la tortura una pseudo ciencia, vamos.
Pero eh, eh, Stalin, gritones de muertos, comunismo, uh, uh.
#6 #9 más que uh uh, unga unga!
Pues dicen que ese país en esos tiempos era una democracia.
Creo que el individuo este recibía la pasta de un departamento de la CIA tristemente celebre: USAID.

Casualmente el zanahorio acaba de chapar ese departamento...
Hay una expresión en el alemán medieval para condenar a esas personas "Vogelfrei". Una persona que no está protegida por la ley y es como si mataras a un pájaro, nadie te castigará ni serás perseguido. Desconocía Mitrione, el que lo haya ejecutado ha matado a un "vogelfrei" de derecho. Aunque me tildéis de amoral. Si tú para imponer tu sistema, política, etc. necesitas el terror y la tortura entonces no puede ser bueno, y aquellos que utilizan la tortura y el terror tampoco son mejores.
Por lo menos la historia tuvo un final feliz.
Apuntada la película que nombran en el artículo de Costa Gavras, "Estado de sitio" (1972)

menéame