No es inusual mostrar una despreocupada admiración por ciertas personas, atraídos por sus cualidades, capacidades, personalidad, por lo que hacen o por lo que representan . Un recóndito y sutil mecanismo mental condiciona la elección de alguien o algo como referente en nuestra vida. ¿Qué nos lleva a admirar a alguien? ¿Cómo nos precipitamos de la tibia admiración a la obsesión, al fanatismo?
|
etiquetas: sociedad , actualidad