Cuando un país empieza a considerar a su ciudadano corriente como delincuente y le aplica todo el peso de la ley, mientras pasa por alto delitos que a todas luces son mayores, las cosas no van bien. ¡Señores, despierten porque este estado del miedo, del cuidado con las multas, y de sanciones verdaderamente increíbles, ataca a nuestra libertad de expresión, de movimiento y fundamentalmente de ser ciudadanos libres!. Resulta que el nuevo código penal, dvuelve a la carga contra los conductores, ahora la ley antitabaco en contra de los fumadores.