Con el verano, proliferan en muchas ocasiones los “mercadillos” y mercados callejeros. Puestos de ventas en los que es costumbre encontrar, no sólo productos veraniegos, sino también imitaciones y falsificaciones de algunas de las marcas de ropa y complementos más conocidos y apreciados a nivel internacional. Algo que, ahora, ha llegado hasta el Tribunal Supremo.
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La justicia NO es un cachondeo... (que va)
2000 pavos por bolso de plasticurcio, bien.
Salu3