¿Conspiranoia o conspiración?

A raíz del video en portada me parece oportuno reflexionar al respecto:

www.meneame.net/story/astrofriki-desmiente-conspiraciones

Por muy loables que sean las intenciones de tipo del video (en general no lo son menos las de los "conspiranoicos", a su manera) cae de pleno en una falsa dicotomía. Pero la realidad parece muchísimo más compleja por más que necesitemos simplificarla para meterla en nuestras cabecitas.

Todo es verdad o todo es mentira. Elija usted un bando. Parece casi una broma. Escojas el bando que escojas si compras el pack completo te vas a acabar comiendo unas mierdas enormes. El problema es que no hay una solución sencilla y rápida y que crecer es sinónimo de aprender a convivir con la duda antes que con certezas falsas e infantiles.

Así que cuando alguien aparezca con soluciones mágicas, ya sea en un sentido o el otro, no cabe menos que una profunda desconfianza con la que hay que aprender a vivir sin que suponga consumirse en la ansiedad. Y bajo mi punto de vista eso es madurar.

El problema es la necesidad de meterlo todo en el mismo saco y de verse en la obligación de decidir si las cosas son falsas o ciertas. Y sin duda lo son (y a veces más o menos), pero sin la información apropiada la aproximación ha de ser en forma de duda.

Así evitaremos caer en las tonterías de que Soros es un reptiliano (a la postre sería bastante irrelevante) que es casi tan absurdo como negar que tiene una fundación con la que ejerce cierta influencia (eso sí es relevante), muy resumidamente.

Se trata de aprender a pensar de forma racional y sin volverse loco por el camino, a poder ser. Y en mi opinión ninguna persona que compre de forma integral ninguno de los dos discursos en los que se intenta presentar de forma torticera la cuestión está en su sano juicio.

Y no te lo van a poner fácil, dándole la vuelta a las palabras del autor del video "siempre hay trampa", o por lo menos nos conviene contemplar esa posibilidad, aunque muy rara vez y por extraño que parezca las cosas son lo que aparentan. Sabemos a ciencia cierta que los medios de comunicación están plagados de intoxicación informativa y que hay toda una serie de intereses que guían esa intoxicación. Eso está en el terreno de los hechos probados.

Y van a seguir haciendo lo mismo porque es lo único que pueden hacer: intoxicar. Así cuando se pueda abordar la cuestión “Soros” ya mencionada como buenos incautos nos dejaremos deslumbrar con el rollo reptiliano como si lo trascendente aquí fuera el color del nabo que te está rompiendo el culo, con perdón por la vulgaridad.

Y vamos a tomar como estandarte de la conspiración (o conspiranoia) lo de la tierra plana. Como si vivimos en una placa de Petri, en realidad no importa un carajo, y van a tratar de detraer sistemáticamente el foco de atención de lo que sí es verdaderamente importante.

¡Ellos! El sempiterno “ellos”, por supuesto. Y seguramente no hay un solo ellos, es razonable ver en el término una “red flag”, por supuesto, aunque no me gusta en absoluto la expresión. A que le reventaran la cabeza a Kennedy, mataran a su hermano, y al tipo que supuestamente lo mató, y que el tipo que mató al que supuestamente lo mató muriera en la cárcel de cáncer, yo no lo llamaría “red flag”, yo diría que una clara señal de alerta, si no de alarma.

Tan seguro que existe conspiranoia como que existe intoxicación informativa y como que existe conspiración. La cuestión es hasta que punto tenemos la capacidad de diferenciarlas.