Podría parecer precipitado exigir responsabilidades políticas cuando aún hay cadáveres en el fango, cuando el peligro sigue. No lo es. Desde el minuto cero la derecha y la ultraderecha, fusionadas en un ente infame que desgobierna ciudades y autonomías, han politizado la tragedia para beneficiarse de ella. La execrable querella de Manos Limpias contra AEMET, sin recorrido jurídico pero con un terrible impacto social, nace del mismo pozo de miseria moral que las palabras de Feijóo, quien cuestionó a la agencia estatal para defender a Mazón.