La semana pasada apareció el cadáver decapitado de un lince ibérico en una finca de El Molar, a 39 km de Madrid, fuera de la ruta habitual del lince, por lo que podría haber cazado ilegalmente. Le dispararon y cortaron la cabeza y las patas. Se avisó al Seprona. Tras la necropsia se comprobó que presentaba al menos 2 disparos. Detrás de los hechos se podría encontrar un cazador pues la cabeza es una parte de los animales considerada como trofeo. Podría ser condenado a penas de prisión de 6 meses a 2 años, multas e inhabilitaciones para cazar.