Al igual que el castellano ha salvado la Ñ de la estandarización del lenguaje, convirtiéndola en nuestra letra singular, los alemanes han hecho lo propio con la Eszett ß. Es una letra peculiar donde las haya. En primer lugar, sólo existe en el idioma alemán. Pero no se usa en todos los países de lengua alemana, por cuanto los suizos no la emplean. En su lugar utilizan su sustituto natural: la doble s, ss. La segunda cualidad, sencillamente fascinante, es que el caracter no tiene mayúscula, ya que no hay palabras en alemán que comienzen con ß.