Casi 6 años del asesinato. La joven de 26 años llevaba solo unos días residiendo en el municipio onubense de El Campillo, donde se había instalado para cubrir una baja en un instituto de Nerva, una localidad vecina, cuando Bernardo Montoya, un hombre sin escrúpulos, acabó con su vida y frenó de golpe todos los sueños y aspiraciones de una mujer admirada. Un cruel destino para, como la calificaban en su entorno, una "bellísima persona".