El Gobierno de Cantabria aseguró la semana pasada que el vertido de fibras de plástico en el mar provocado por las obras del rompeolas de Castro Urdiales no generó “ningún impacto” porque se “limpió inmediatamente”. En este caso, el discurso de la Administración autonómica choca de bruces con la realidad. Y es que un grupo de voluntarios de la localidad ha recogido este fin de semana centenares de estos fragmentos en la playa de Brazomar, procedentes del derramamiento ocurrido hace días.
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