#7 Al César lo que es del César. Cuando le cascan un corte a Gamarra (día sí y día también) parece que va a sufrir un infarto, en cambio Cayetana pone la misma cara que pone cuando el marido le dice que mañana vendrá su madre a comer.
#10 Lo del hotel de IDA era para ella, estos para los demás apuran hacia abajo, no los habrá alojado en un campamento chabolista por qué cantaría demasiado
#63 jamás optaría por provocar daño económico. No obstante, entendería que alguien, en esa tesitura, decidiera deshinchar las ruedas para que el mongolo tuviera que pasar la vergüenza de pedir ayuda en esa situación.
#65 esa me joe más porque foriatos de otras regiones pero majos y con sentido común, tamién vienen. Últimamente mucho zamorano, aragonés, andaluz... que no son tan fatos como el resto de subpajarianos yonkis de las gallinejas.
#157 Tu sabes que el "ejque" también se pronuncia en la mancha no? A ver si va a ser que muchos madrileños vienen de manchegos (de hecho hasta hace 70 años o así, Madrid era una provincia manchega) y por eso hablan así
#4 A saber lo que esperará obtener a cambio de gastar todo ese dinero en apoyar a Trump. Miedo da. Y al final toda esa mierda nos acaba llegando a nosotros también.
La existencia de descendencia, aunque potencialmente perjudicial para el acervo genético, no descalifica a un candidato. Los hijos heredan sólo la mitad del material genético de cada padre y, por lo tanto, tienen su propia oportunidad de sobrevivir o de acabar con su vida. Si, por ejemplo, el descendiente ha heredado el gen "Juega con combustibles", pero también ha heredado el gen "Ten cuidado cuando...", entonces es un innovador potencial y un activo para la raza humana. Por lo tanto, cada candidato es juzgado en función de si ha eliminado o no sus propios genes, sin tener en cuenta el número de descendientes o, en el caso de un ganador de edad avanzada, la probabilidad de producir más descendientes.
#11 Este no puede trabajar ni aunque se lo proponga, porque no tiene competencias. Es, literalmente, un incompetente. Pero, ah, si miramos el esfuerzo.... ¡paren las rotativas!