Ante la grave sequía y la creciente presión sobre sus recursos naturales, Zimbabue ha optado por una medida drástica: sacrificar 200 elefantes. Este controvertido movimiento busca mitigar el exceso de población de paquidermos y, al mismo tiempo, proporcionar alimento a las comunidades más afectadas por la crisis alimentaria que azota al país. Namibia, país vecino, sacrificó recientemente cientos de animales salvajes, entre ellos 83 elefantes, en respuesta a una sequía histórica.
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