Acorralado, me preguntaron si quería «mamar polla» y hacerles unas «pajas». Me agarraron fuerte entre los tres, me arrancaron del urinario y se encerraron conmigo en la cabina con el váter más sucio que vieron: siempre hay alguien que ignora algo llamado «escobilla». El mayor de ellos, se llamaba José Manuel y tendría 15 años, dado que era repetidor, se desabrochó el pantalón y me enseñó su pene, que me frotó por la cara mientras los otros dos me sostenían la cabeza e intentaban abrirme la boca.
|
etiquetas: maricón , homosexualidad