Vivimos en un mundo raro que, en ocasiones, nos regala extrañas historias. Esta es una de ellas. A principios del siglo pasado, uno de los monumentos más emblemáticos del aún Imperio británico corría peligro de desmoronarse. Aproximadamente unos mil años después de su construcción, la catedral de Winchester podía venirse abajo. Y aquí comienza la impresionante historia de William Walker, un humilde buzo cuya hazaña salvaría a la joya arquitectónica inglesa.
|
etiquetas: william walker , catedral de winchester