La más sólida lectura de Iglesias, el difunto Montalbán, recibió muchas críticas cuando se compró una casa en Vallvidrera desde la que clamaba contra la desnaturalización del Barrio Chino. Alguno llegó a decirle si la había puesto a nombre de Pepe Carvalho, el cínico. Montalbán se defendió con el argumento habitual: los de derechas no solo quieren vivir como dios, sino que quieren que los de izquierdas vivamos como perros. Tenía su parte de razón: a la naturaleza humana le importa menos la riqueza que el privilegio...
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