Estoy cansada de vuestros argumentos y debates. De vuestras frases para levantar una polvareda que camufle la verdad. Harta de las rastas, de las cabalgatas, de los bebés, de los piojos, de la ropa… Nada de eso soluciona el problema con el que cientos de españoles no pueden dormir. Esos desvelos continuos que se agarran en el centro del estómago, con un pellizco muy profundo. Y es que la gente se muere sin dignidad. En peores casos, sin sanidad. Que hay personas que se suicidan por la crisis. Que las desahucian. Que se les agota el paro.
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