La Torre de Miramar. Inaugurada en 2009, formaba parte de un complejo compuesto en un principio por un paso inferior de 300 metros de longitud, una plataforma superior con tres fuentes y dos rotondas, además de nuestra protagonista, situado todo sobre el túnel de la avenida Cataluña y el acceso a la ciudad por la V-21. Acabó costando 24 millones de euros, en lugar de los 14 presupuestados. Sólo estuvo tres meses abierta. Dos jóvenes la exploran y descubren que desde lo alto no se ve el mar.
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