El Rail Delivery Group, que representa a todas las compañías ferroviarias, promete que "si se cancela el último tren del día, no te dejaremos tirado". Técnicamente, GWR no nos dejó tirados: nos dio un trozo de papel arrancado de una libreta con el que habríamos conseguido un taxi, si hubiera habido taxis disponibles. Lo que parecía una extravagancia cuando se repartieron las fichas me parece ahora un medio muy eficaz de reducir las responsabilidades.
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