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Velódromos, pintores y madrugadas en la Europa de principios del siglo XX

Bernard era el rey de aquella sala de variedades donde los corredores giraban y giraban. De su mano acudían habitualmente al Buffalo personajes como René Blum o escritores de la bohemia parisina más vanguardista. Pero quien acabó haciéndose familiar en esas gradas fue una figura diminuta, siempre pegada a un sombrero de tipo bombín. Alguien que amaba la vida tanto que se enamoraba de todas las muchachas que goces prometiesen. El autor de algunos de los carteles que anunciaban eventos en el Buffalo, el que inmortalizó a Bernard en su pista sagra

| etiquetas: velodromos , bohemia , paris
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