[c&p] Un oficial de la inteligencia japonesa llamado Hiroo Onoda fue enviado a espiar las tropas norteamericanas de Filipinas en 1944. Pero a medida que las fuerzas americanas crecieron fue obligado a retirarse hacia la selva donde permaneció por 30 años. Capaz de mantener su armamento en buen funcionamiento Onoda atacaba y se proveía de los campesinos filipinos. La orden que le habían dado era la de desestabilizar la armada norteamericana a cualquier precio y sin importar cuantos años tomara. Nunca nadie se tomó algo mas apecho.
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