A finales de enero de 2016 el cometa 67P-Churyumov/Gerasimenko estará a más de 300 millones de kilómetros del Sol, con lo que la temperatura de Philae caerá por debajo de los –51ºC, lo que impediría definitivamente su activación. Por eso hoy, 10 de enero de 2016, la Agencia Espacial Europea va a intentar un nuevo truco –un poco desesperado ya– para intentar volver a ponerse en contacto con Philae, el aterrizador de la misión Rosetta, del que no se sabe nada desde el 9 de julio de 2015.
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