Además de la visita de Obama, el WTTC ha dejado una dura lección: si nos gusta viajar, tendremos que pagar un gran precio en el futuro. Ryanair, y el turismo low cost en general, tienen sus días contados. Cada vez habrá más impuestos ecológicos. Y el turista tiene que acostumbrarse al hecho de que viajar es algo especial y que un viaje largo se hace quizás una vez al año. “Es un factor contaminante y la sostenibilidad es ahora el foco de todos los inversores, por ello hay que cambiar el chip en la industria”, alerta Geoffrey Lipman,
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