Este pequeño país evolucionado y encantador es el marco de una auténtica prueba del avance de los integristas musulmanes en países democráticos, y la suerte de las mujeres tunecinas será el primer revelador de su victoria. Tanto antes como después de la independencia, las mujeres circulaban libremente, estudiaban y se vestían a su gusto. ¿Y hoy? Sus hijas y nietas que no llevan nikab —el velo integral— viven acosadas. Mientras tanto, los barbudos ocupan la calle y los militantes, incitados al proselitismo, amenazan a la sociedad civil.
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