El 1 de agosto de 1966, un hombre llamado Charles Whitman subió en ascensor hasta la planta superior de la Universidad de Texas, en Austin, desenfundó un rifle y empezó a matar gente sin ton ni son. Incluso mató a una mujer embarazada, y luego a las personas que intentaron asistirla. Antes de que lo abatieran, Whitman también mato a los conductores de ambulancias. Pero la historia, después de investigarse, acabó siendo más macabra: aquella mañana, Whitman había matado antes a su madre y a su mujer.
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