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EL TRUCO DEL ALMENDRUCO - Cómo echar a un trabajador y ahorrarse el finiquito

Alfonso ya rondaba los cincuenta, y llevaba diez años trabajando en aquella empresucha. No era gran cosa, pero tenía bastante estabilidad, un sueldo fijo y con su edad ya se conformaba con acabar pronto su carrera y sin problemas. No solo eso, conocía a su jefe desde hacía los mismos años, entre ellos se habían estrechado lazos y podríamos decir que había surgido cierto amiguismo o colegueo. Incluso se presentaron a sus familias.

| etiquetas: laboral , trabajo , finiquito , despido

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