La naturaleza pocas veces nos regala imagenes como esta; al parecer, el pequeño antílope ignoraba el peligro que suponía fraternizar con estos tres guepardos, quienes a su vez, no tuvieron inconveniente alguno en perdonarle la vida, y en vez de devorarlo (por falta de hambre supone el fotógrafo) deciden jugar con el antílope, como si se tratase de una mascota. (Eng)
|
etiquetas: guepardos , antilopes , fotografía