Más agua y más paradas. Y buscando siempre la sombra. Las personas cuyo lugar de trabajo es principalmente la calle están poniendo a prueba su organismo estos últimos nueve días de alerta por temperaturas extremas. En algunos casos, como para el personal de jardinería de la capital, la solución se antoja difícil. "Prefiero pasar calor que cortarme un brazo", explica un podador vestido con botas y pantalón anticortes.
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