Dos jóvenes en huelga de hambre (se ve en su camiseta) están haciendo una protesta pacífica consistente en cortar el tráfico. En vez de encadenarse a algún sitio, ellos tienen el brazo metido en un cilindro de cemento para que no los puedan retirar de la calzada. Un mínimo movimiento de ese cilindro les provoca dolor extremo y puede romperles el brazo. La forma de retirarlos de ahí es picando el cemento, con el tiempo que eso conlleva, pero el jefe de la policía municipal de Pamplona-Iruña se regodea en el dolor ajeno...
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