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Todo lo que aprendimos de Rufián

De Gabriel Rufián aprendimos que el odio es un líquido inflamable que se cuela por las rendijas del tiempo, y nunca desaparece. Sobre todo en un país como España en el que siempre se encuentra a alguien dispuesto a no perdonar y a proclamar su rencor, aunque ni siquiera haya sido víctima directa o indirecta de aquello de lo que exige venganza. Odio por encima, incluso, del deseo expreso de “paz, piedad y perdón” de quienes dicen defender y representar. Gabriel Rufián es un represaliado ideológico de sí mismo, de su mundo ideológico virtual.

| etiquetas: rufian , congreso , cataluña

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