En la mayoría de casos, los mensajes son de propaganda política, pero la advertencia del técnico va más en el sentido de que las pegatinas dañan unos aparatos que no son propiedad de los diputados sino del parlamento valenciano. Un tirón de orejas en toda regla a las señorías que usan el portátil para lanzar sus reivindicaciones. Ya ocurrió la pasada legislatura y se intentó corregir con advertencias verbales, pero sin demasiado éxito.
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