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La tele, sucedáneo de Dios, por Umberto Eco

Hubo un tiempo en que aquellos que se sentían abandonados por el resto de la humanidad se consolaban con el hecho de que el Todopoderoso, si es que nadie más, era testigo diario de sus tribulaciones. Hoy esa misma función divina puede ser servida, al parecer, saliendo en la televisión.

| etiquetas: conciencia , televisión , alienación

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